Estás a tiempo de planificar qué puedes hacer con tu vida
Pocas cosas hay más equitativas en el mundo que el tiempo. Cada uno de nosotros tiene cada día 1.440 minutos para utilizarlos como considere. Así es a lo largo de todo el planeta y lo ha sido a lo largo de la historia.
Hay personas que con esos 1.440 minutos han fundado y hecho crecer Zara, Apple o Microsoft y, en cambio, otros no tienen tiempo ni de ir a recoger el traje de la tintorería o llevar a sus hijos a jugar un partido el fin de semana.
¿Son los primeros super hombres o super mujeres? ¿Han nacido tocados por una varita mágica del hada madrina que les ha conferido super poderes? Sencillamente, no. Las diferencias no van por ahí. Tampoco lo están en su posición de partida o en su inteligencia fuera de norma. La mayoría de las veces han nacido en familias normales de clase media y su coeficiente intelectual no es superior al de la mayoría de nosotros. La suerte o el azar tampoco lo explica.
¿Cómo es posible que con el mismo tiempo yo no pueda hacer nada, a pesar de estar todo el día corriendo y estas personas creen esas empresas?
Quizá no hace falta ir tan lejos. Seguro que tienes algún compañero de estudios o amigo de la infancia que no era el más brillante, sin embargo, hoy en día ha creado una pequeña empresa y da trabajo a 10, 15 o 20 personas (o más). No lo valoramos lo suficiente. Es uno de los grandes motores de nuestra sociedad.
¿Qué ha hecho él o ella diferente? Sencillamente sacrificarse más, esforzarse más y, seguramente, dedicar su tiempo a cosas importantes, a aquellas que le hacían avanzar, a aquellas que aportaban valor y, además, habrá eliminado de su vida otras muchas que no aportaban nada.
Tengas la edad que tengas y ocupes la posición que ocupes, todavía estás a tiempo de pararte a pensar, a reflexionar y a planificar qué puedes hacer con tu vida: qué es lo importante y aporta valor y qué es lo que hace que no puedas ni recoger ese traje de la tintorería.
Quizás ya no tengas tiempo de levantar Zara, pero seguro que sí lo tienes de vivir mejor. Y ya sabes lo que suelo decir: si no puedes solo, déjate ayudar.
