Sí es posible hacer siempre bien las cosas
“Hombre jefe, tampoco es como para ponerse así. Un error lo tiene cualquiera”, se excusaba Javier tras haber metido la pata de nuevo.
Yo me pregunto por qué tenemos que dar por bueno que nosotros cometamos errores, mientras que exigimos perfección en otros: así, el médico, la enfermera o incluso el cajero de cualquier punto de venta tiene que ser impecable, pero no pasa nada si nosotros cometemos un error.
La mayoría pensamos que nos pagan menos de lo que merecemos y, seguramente, en igual medida pensamos que “no pasa nada por un pequeño error”. De este modo nos permitimos no poner todo el empeño que necesitamos en nuestro trabajo. Ya, Santiago, todo esto está muy bien, pero ¿quién es capaz de hacer las cosas siempre bien? Eso no es posible, todos tenemos errores. La respuesta es que sí se puede.
Por ejemplo, durante la Segunda Guerra Mundial, el ejército estadounidense descubrió que los paracaídas fallaban en un 5% de los saltos. Evidentemente, en este caso el margen de error debía ser «cero defectos». ¿Cómo podía alguien decirles a los paracaidistas: “no se preocupen ustedes, que la mayoría sí que se abren”? El problema se solucionó disponiendo que los plegadores de paracaídas y los verificadores saltaran de vez en cuando desde un avión. La calidad mejoró drásticamente hasta el 100 por cien.
“Es que en el tiempo que tengo es imposible hacer todo bien”, “yo hago lo que puedo” “eso que cuentas es imposible”… excusas de mal pagador. Hacer las cosas bien es posible, lo que sucede es que se necesita concentración, voluntad y deseo de mejorar y es mas sencillo pensar “que por un error no pasa nada”.
Sí pasa, y mucho. Esa falta de exigencia es lo que hace que nos conformemos con cualquier cosa y que nuestro trabajo no esté valorado y, por lo tanto, nos paguen poco.
Pon el foco en hacer tu tarea como si estuvieras plegando el paracaídas con el que vas a saltar y te aseguro que a medio plazo estarás mucho mejor valorado y tu vida será claramente mejor que ahora.