Liderar, como toda habilidad, requiere aprender una técnica

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Si estás al frente de un equipo, es aconsejable recibir formación en liderazgo
La genética no es más que un precursor que hará que lo consigas más rápido o más lento
Liderar, como toda habilidad, requiere aprender una técnica

Publiqué en su día una encuesta en la red social LinkedIn en donde preguntaba: ¿Qué es lo que consideras más importante para liderar un pequeño equipo de trabajo? Las opciones eran (LinkedIn solo da 4 y 30 caracteres para cada una): Cualidad innata para liderar; Mucha experiencia profesional; Formación reglada en liderazgo; Auto formarse y experimentar

Las respuestas fueron: 1. Cualidad innata para liderar ---> 75 (39%). 2. Auto formarse y experimentar ---> 44 (23%). 3. Mucha experiencia profesional ---> 40 (21%). 4. Formación reglada en liderazgo ---> 31 (16%). Realmente me sorprendió. Mi elección estaba exactamente en el orden inverso.

Casi 4 de cada 10 piensa que liderar es más cuestión de genética que de técnica. Ahora entiendo por qué acudíamos tan pocas parejas a los cursos de la escuela de padres cuando mis hijos iban al colegio (nótese que lo digo con ironía).

Liderar, como toda habilidad, tiene una técnica que hay que aprender, al igual que la pintura, la música o cocinar.

Si hablamos de liderar el mundo o cambiarlo al estilo de Mahatma Gandhi, Nelson Mandela o Martin Luther King, estaré de acuerdo en que se necesita esa cualidad innata (además de mucha formación, entrenamiento y práctica, claro), pero si hablamos de estar al frente de un pequeño equipo de trabajo o de una familia, ¿de verdad crees que es la genética la que marca la diferencia? Quizá sea una auto excusa para justificarnos, no lo sé.

Si quieres llegar a pilotar un Fórmula 1 en carrera tienes que estar dotado de una serie de características que te hagan especial; si lo que quieres es obtener el carnet de conducir, solo necesitas que alguien te enseñe y pongas algo de voluntad de tu parte.

La genética no es más que un precursor que hará que lo consigas más rápido o más lento y, quizá, un definidor de cuan lejos podrás llegar, no el hecho trascendental. Liderar comienza por uno mismo para ir avanzando después. Y eso se aprende. Luego están las relaciones uno a uno para pasar a las relaciones uno a varios y entornos sociales.

Si estás al frente de un equipo (y una familia lo es) o quieres estarlo algún día, recibe una formación estructurada en liderazgo y construye desde ahí. Te aseguro que todo será mucho más sencillo. Y si además tienes cualidades innatas, el límite es el cielo.